Por Mathias Bustos (MAD)
El idealismo de Woodrow Wilson proponía la creación de la Sociedad de las Naciones en el mismo tratado que terminó la guerra más brutal que había visto la humanidad en aquel entonces, la Primera Guerra Mundial. Un involucramiento activo por parte de Estados Unidos en el escenario internacional fomentaría que los famosos 14 puntos de este presidente estadounidense pasen a ser una realidad. Sin embargo, el congreso estadounidense reflejó claramente el deseo nacional: aislacionismo, es decir el no intervenir en asuntos ajenos que representase una amenaza para el país. Las elecciones del 1920 demostraron ese mismo deseo, al haber sido electo un candidato republicano, Warren Harding.
En el mundo globalizado que vivimos, tenemos la idea de que aquel país que se separa del mundo está condenado a la pobreza; sin embargo, para Estados Unidos, esta decisión de las urnas provocó resultados altamente favorables. El nuevo gobierno implementó aranceles, redujo el gasto estatal, y se desentendió de asuntos internacionales; el mercado nacional creció sin competencia externa, los salarios se incrementaron, la producción se disparó, y se vieron nuevos fenómenos sociales y económicos gracias a la popularización del cine, la radio y los automóviles.
Esta utopía del gobierno perfecto duró hasta el Crac de 1929, la peor caída del mercado de valores de la historia; la cual desencadenó en la Gran Depresión. Durante esta época se vivió una extensa conmoción internacional, puesto que se vio claramente la inefectividad de la sociedad mundial sin la presencia de los Estados Unidos. Esto se pudo evidenciar en la invasión japonesa de Manchuria, pero principalmente en la crisis de Abisinia. El deseo de proteger su economía antes que involucrarse en el escenario internacional, significó que Estados Unidos incrementó su exportación de crudo de Italia mientras que esta sufría de sanciones por parte de la sociedad global como consecuencia de su invasión al país africano.
"Luego del final de la Segunda Guerra Mundial, bajo el nombre de Doctrina Truman, Estados Unidos asumió el rol de protector del mundo, y extendió sus intereses alrededor del globo a través del Plan Marshall".
Finalmente, Estados Unidos sufrió las consecuencias de aislarse del escenario internacional, la Segunda Guerra Mundial, también tocó sus puertas. Increíblemente, la guerra fue la única que sacó a Estados Unidos de la Gran Depresión. Si bien las políticas de estado grande y socialmente responsable de Franklin D. Roosevelt dieron lugar a una recuperación, fue el gasto militar y el empleo que el ejército creaba el que sacó a Estados Unido del abismo.
Luego del final de la Segunda Guerra Mundial, bajo el nombre de Doctrina Truman, Estados Unidos asumió el rol de protector del mundo, y extendió sus intereses alrededor del globo a través del Plan Marshall. Por medio de este plan, el gobierno estadounidense acostumbró a sus ciudadanos a aceptar que el dinero que pagan en impuestos es una contribución que el gobierno invierte alrededor del mundo; a veces a través de inversiones en países devastados por la guerra y otras en el abastecimiento de napalm utilizado durante la Segunda Guerra Mundial.
A través de su política para “proteger al mundo” Estados Unidos apoyó a varios gobiernos y situaciones tales como Reza Pahlavi en Irán, Pinochet en Chile, Videla en Argentina, Batista en Cuba, Diem en Vietnam, la invasión de Bahía de Cochinos, la Guerra del Golfo, la Autoridad Provisional de la Coalición en Irak, Al-Qaeda, los Kurdos, y un sin número más; en Ecuador, se dice que el mismo Presidente Jaime Roldós Aguilera murió por obra y gracia de la CIA. Es decir que esa protección estadounidense ha traído como resultado: muertes, dictaduras, desapariciones, y odio. Es así que después de ver todos los desastres que Estados Unidos ha causado alrededor del mundo, dan ganas de decir “Gringos go home”.
¿Pero qué pasa cuando “they do go home”? Trump nos ha permitido ver los resultados de esto. Perteneciente al “Grand Old Party”, y con un slogan que sólo llama la atención de aquellos lo suficientemente viejos para recordar cuando América era grande, Trump nos lleva de vuelta a la época de Herbert Hoover, cuando Estados Unidos era lo principal y lo único importante. Su deseo de traer sus soldados a casa ha generado inmensos vacíos de poder, en el norte de Siria o en Afganistán, los cuales no siempre son llenados por algo mejor que lo que previamente existía. Por ejemplo, ha sucedido que Erdogan avance con su campaña anti-Kurda, y ha dado oportunidad a los Talibanes para que hagan lo que deseen con Afganistán sin miedo a ninguna repercusión internacional.
"Después de ver todos los desastres que Estados Unidos ha causado alrededor del mundo, dan ganas de decir “Gringos go home”".
Entonces, ¿a Donald Trump no le podría importar menos lo que ocurre detrás de su muro? Es lo que algunas acciones suyas dan a entender, América primero significa que el mundo tiene que arreglarse solo, sin intervencionismo de Estados Unidos; lo cual de repente vuelve muy confusa la re-implementación de sanciones económicas a Cuba, después de un arduo proceso para levantarlas por parte de Obama. También podemos evidenciar la poca admiración que tiene la administración actual por organismos y convenios internacionales, puesto que retiró a Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunta, el cual reducía las capacidades nucleares de Irán, y reinstauró las sanciones; así mismo suspendió fondos y ratifico la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud, y presentó el Peace to Prosperity Plan, mientras movía la embajada estadounidense a Jerusalén, violando hasta resoluciones del Consejo de Seguridad las cuales declaran esto ilegal.
Tras este corto análisis, ¿cuál es tu pensamiento sobre el rol de Estados Unidos a nivel internacional? ¿Debemos dejar que cada país resuelva sus conflictos o es importante mantener el apoyo de la primera potencia mundial? ¿Debemos fomentar la institucionalidad internacional? Estas preguntas se vuelven más relevantes cada día, ya que mientras más conectado se vuelve nuestro mundo, más nos afecta cada muerte violenta que ocurre al otro lado de él.
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